El Jardín Botánico Nacional, ubicado en el barrio El Salto, es un importante espacio para Viña del Mar. No sólo es una de las principales áreas verdes de la ciudad, con más de 400 hectáreas de extensión, sino que también es símbolo de relajo y disfrute para los viñamarinos, así como contemplación, estudio y contacto con la naturaleza.
La historia de este parque comienza poco más de un siglo atrás, con el destacado empresario del salitre Pascual Baburizza, quien en 1918 adquirió el fundo El Olivar. Allí, inició la creación de un jardín personal, de la mano del paisajista Georges Dubois, quien también diseñó el Parque Forestal de Santiago.
Sin embargo, trece años después, Baburizza donó el fundo a la Compañía del Salitre de Chile, resultando transferido a la Corporación del Salitre y Yodo, que lo destinó, además del uso de sus espacios para el público, para la experimentación de fertilizantes de plantas en base al salitre. Por eso, desde 1931, se le conoció como Parque El Salitre.
Luego de veinte años, la entidad salitrera lo entrega al Estado de Chile, que lo convierte en un campo de experimentación agrícola y recibe el nombre por el que lo conocemos ahora, el Jardín Botánico Nacional. En ese entonces, fue administrado por la CONFIN, antecesora del Instituto de Desarrollo Agropecuario (INDAP).
No obstante, la mantención de las especies vegetales excedían las atribuciones de la INDAP, por lo que fue necesario suscribir un convenio con la CONAF, que pasaría a administrarlo, dados sus objetivos de conservación de la flora.
Aun así, dentro del mismo Jardín Botánico los ánimos apuntaban a que era necesario darle mayor autonomía. En la década de los 90’s, se inicia una propuesta que desemboca en la creación de la Fundación Jardín Botánico Nacional en 1992, persona jurídica que lo administra hasta hoy y que ha ampliado su operatividad y formas de financiamiento.
En el presente, sus visitas bordean las 200 mil personas por año; cuenta con más de diez colecciones de especies, como cactáceas, toromiros y mirtáceas, por mencionar algunas; y se realizan diversas actividades educativas, como nutrición de las plantas y visitas guiadas, además de las ferias temáticas que se desarrollan en sus espacios.
Recientemente, el Jardín Botánico ha participado en actividades de recuperación y cuidado de especies, como la reintroducción del toromiro (Sophora toromiro) en Isla de Pascua o la reubicación de una palma chilena (Jubaea chilensis) desde Quillota, donde estaba amenazada por la extensión de la carretera hacia San Ramón.