Nuevas plantas de Adesmia balsamica —conocida como paramela del Puangue o jarilla— crecen hoy en uno de los viveros del Jardín Botánico Nacional de Viña del Mar, gracias a una importante donación realizada por investigadores de la Universidad Técnica Federico Santa María y la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, en el marco de un proyecto FONDEF-IT.
Esta especie, endémica de la Región de Valparaíso y actualmente en estado vulnerable de conservación, fue reproducida in vitro en los laboratorios de la USM. Se caracteriza por su alto potencial en la medicina tradicional mapuche, el desarrollo de fármacos y su uso en la agricultura orgánica, debido a su rica composición fitoquímica y sus propiedades biológicas.

La donación representa un nuevo hito en el proceso de recuperación del Jardín Botánico, luego de los incendios de febrero de 2024 que destruyeron cerca del 90% de su superficie.
De acuerdo con el director del recinto, Alejandro Peirano, este es uno de los muchos aportes que han contribuido a su restauración: “Viveros de todo el país nos han donado especies como naranjillos y quillayes; viñas locales y empresas como Concha y Toro y el Grupo Hijuelas han colaborado con árboles, y hasta empresas de riego han contribuido con material”.
Gracias a estas acciones, sumadas a un año lluvioso que favoreció la regeneración natural, el Jardín presenta hoy un 60% de rehabilitación.
El apoyo también ha sido clave en la reconstrucción de la infraestructura del recinto. “Con el respaldo de Desafío Levantemos Chile y otras empresas, logramos recuperar la casona, la glorieta, el canopy y renovar completamente el sistema de riego que se había perdido con el fuego”, añadió Peirano.
El regreso de esta especie se suma a uno de los hitos más esperados por el Jardín Botánico de Viña del Mar: la próxima inauguración del nuevo Centro de Visitantes, prevista para los próximos dos meses. Este espacio reunirá, en cuatro módulos, el herbario, el laboratorio, un centro de semillas y las oficinas del área de horticultura.