Empresas Demaria tiene una larga y exitosa historia que contar, manteniéndose desde 1896 como una empresa familiar y ligada a la Región de Valparaíso.

La historia comenzó con la llegada al puerto de Valparaíso de don Ángel Demaria Liza desde Turín, Italia, en búsqueda de nuevos horizontes. En los últimos años del siglo XIX inicia su primer negocio en Valparaíso, iniciando así la extensa y fructífera tradición familiar de producción y comercialización de productos.

En 1935, sus hijos Ángel, Reinaldo, Giocondo y Juan, junto a su socio Juan Unghiatti, fundaron la Compañía Manufacturera de Aconcagua, de la cual proviene la tradicional chancaca Deliciosa. Ese año nace también la afamada marca Virginia, conocida desde sus inicios por la venta de ceras para pisos y betún para calzado que debe su nombre a la abuela paterna, Virginia Antillo.

En 1945 nace la también famosa fábrica de conservas Deyco, que tan popular se hiciera en boca de Enrique Maluenda en “El Festival de la Una”.

Al Barrio El Salto llegó la empresa en 1974, atraída por el desarrollo industrial del sector. “Compramos terrenos ahí mucho antes porque Valparaíso ya no estaba aceptando industrias en el sector que estábamos y no había comodidad para líneas ni ninguna cosa, porque en esos años se trabajaba más manufacturero que automático; y el año ’74 comenzamos a funcionar como fábrica”, recuerda Reinaldo Demaria, tercera generación en la compañía, presidente del Directorio de Empresas Demaria y presidente de la Corporación de Adelanto del Barrio Industrial El Salto.

Convencido defensor de la región, dice que “mientras pueda mantenerme en Viña, lo voy a hacer. Muchas veces han querido cambiarnos porque teníamos otra fábrica en Santiago con bastante terreno, pero yo dije ‘por ningún motivo’ porque tenemos mucha gente en Viña y no la vamos a dejar sin trabajo, y es la región donde nacimos y vivimos, así que están todas las raíces echadas ahí. Los papás y los abuelos se establecieron en Valparaíso”.

Empresas Demaria emplea aproximadamente a 380 personas, la mayoría en su casa matriz de El Salto. En Santiago se encuentra su oficina comercial, de venta y distribución.

Trabajo y corazón

“Todos los que han trabajado aquí se han preocupado de ir avanzando, porque los mercados han cambiado”, afirma don Reinaldo. Así es como ha ido naciendo un extenso catálogo de productos con las marcas de higiene Virginia, Arom, Igenix y Killer; y de alimentos Deyco y Deliciosa.

“Siempre se están creando nuevos productos, tenemos gente en desarrollo y marketing que están trabajando constantemente viendo las posibilidades, muy de la mano con el directorio en las propuestas”, destaca.

Para mantener la vigencia y éxito de una empresa durante tantos años y múltiples transformaciones del mercado, don Reinaldo declara que la receta es “mucho trabajo, dedicación y corazón, y muy buena relación humana con el personal, que es imprescindibles para todas las funciones, tanto de la fábrica como de los profesionales que trabajan en las otras áreas”. De su trabajo con la Corporación de Adelanto del Barrio Industrial El Salto, destaca las buenas relaciones, coordinación y empuje entre las empresas y organizaciones del sector, que han posibilitado las iniciativas que se han ido concretando en materia de seguridad, emergencias y otras.